viernes, 29 de febrero de 2008

Abelardo Casanova, treinta y cinco años después

"Me metí a un estudio y frente a la cámara de televisión dije unas palabras... y le gustó a la gente. Ahí me hice periodista"

Por Javier Godoy F. / Dossier Politico

Dia de publicación: 2007-07-04

En una fluida y relajada conversación, en la sala de su casa, una caliente tarde de verano, Don Abelardo Casanova Labrada, platica que desde muy joven quería ser periodista:

Pero no podía porque no era negocio y yo tenía que trabajar y ganarme el sustento.

Con extraordinaria lucidez y sencillez, interpreta los hechos de su tiempo ligados al periodismo y va soltando recuerdos :

Lo común en mi tiempo era pedir apoyo(dinero) al gobierno para hacer un periódico, y esto era un riesgo para su desempeño pero no hacerlo, también lo era.

Cuando formó Información, le pidió dinero al gobierno?, preguntamos con curiosidad y hasta con cierto morbo

No, si se lo hubiera pedido me lo hubiera dado, pero no lo hice.

Tal vez por ello, afirma Don Abelardo más adelante, que -pese a que ya existían El Imparcial y El Sonorense-, cuando aparece Información desarrolla un periodismo «fuerte y competitivo» que llega a imprimir diez mil ejemplares en una sola edición.

Y más recuerdos:

Generalmente el periodismo que se hacia en esta ciudad estaba determinado por quien tenia un imprenta ahí sacaba un periódico, le pedía colaboración a un amigo ,él mismo reporteaba, recibia todos los chimes de la comunidad y de ahí hacía sus notas.

Precisa que la verdadera modernización del periodismo se dio con la llegada de Don Carlos Argüelles:

Lo trajo don Ernesto Elías, para dirigir el periódico «La opinión», que le presentó pelea al «Imparcial» y era un critico feroz del gobierno porque había pleito con el Gobernador Álvaro Obregón.

Recuerda:

El Imparcial era muy gobiernista en esa época.

Y un recuerdo liga otro:

Las cosas cambian con el Gobernador Encinas -ya se había reducido notablemente la influencia política de Nacho Soto y del General Rodríguez,- y para quitarse la presión de El Imparcial, que es en realidad quien obliga al gobierno a meterse en el periodismo, se tiene la idea de hacer un periódico, pero que no fuera del gobierno, sino que éste fuera uno de los socios, y así se conformó una sociedad de cinco, con el gobierno y Faustino Félix a la cabeza, contando con otros tres que no recuerdo sus nombres pero eran amigos de Faustino. Así se inicia el periódico El Sonorense que pasa a dirigir Carlos Argüelles, por allá por la calle Veracruz.
Estamos hablando de los 60’s... ¿Cambia en algo el periodismo que se hace en esa época? preguntamos, casi al mismo tiempo Oscar Castro, director de Dossier y este colaborador.
No lo creo, en esa época la sociedad era guiada de punta a punta por El Imparcial pero también llega a tener mucha influencia El Sonorense y es que eran muy parecidos los dos en sus principios.
Entonces, ¿en qué se diferencian, Don Abelardo?
En los intereses que defienden, revira la respuesta a velocidad de vértigo

Al principio de la conversación y después de un largo preámbulo salpicado de comentarios personales, fuera de libreta y tocando la fortaleza económica y de influencia política de El Imparcial, hubo una pregunta:

¿Se puede vencer a El Imparcial?. Y la respuesta es tajante:
Nada se puede hacer contra la tradición.
Más adelante habría de comentarnos que siempre estaba latente la tentación en muchos periodistas de la época de atacar al gigante de la calle Mina:
Y yo pensaba que cuando te sentías muy jodido como periodista te daba, luego luego, por atacar al Imparcial, y no creas, lo mismo pasaba en México, también allá cuando se sienten jodidos les da por atacar a Televisa.
A estas alturas de la conversación, Don Abelardo ha traído a la memoria a viejos periodistas como Jesús Tapia Avilés, Rafael Vidales Tamayo, José Abraham Mendívil, José S. Healy, Gabriel Monteverde, Jorge Bonillas, Israel González, José Alberto Healy, Enguerrando Tapia, Jorge Orozco y Girón. Y periódicos como La Opinión, El Pueblo, La Raza, El Heraldo, El Tiempo, El Sonorense, El Regional y El Eco de Guaymas.

¿Y usted cuándo se inicia en el periodismo?.

Yo escribía en los periódicos desde que estaba muchacho, primero en El Pueblo y en los periódicos de temporal después; cuando José Alberto se hizo cargo de El Regional me publicó algunas cosas; antes me había ido a Guaymas como contador del Banco en que trabajaba y ahí comencé a escribir en «El Eco» que dirigía Valente Andrade y que era propiedad de Florencio Zaragoza.

Así se hizo periodista?
No. Yo sólo hacía artículos y los publicaba, pero nada en serio como periodista; porque trabajaba en otras partes y en esa época no se vivía del periodismo.

Y entonces, Don Abelardo: cómo se inicia usted en el oficio?

Con una media sonrisa y un brillo en sus ojos dice modestamente:
Yo trabajaba de contador en el Canal 6. Como el gerente salía con frecuencia, cuando regresaba platicábamos mucho y de variados tópicos; por esa época, Rusia envía unos misiles a Cuba y se desata la histeria de una nueva guerra, pero Raúl Azcárraga, quien era el jefe de la televisora, me dice que no va a pasar nada, que a ninguna de las dos potencias le conviene una nueva guerra, así que se van a ponerse de acuerdo y eso hay que decirlo para tranquilizar al público.
¿Quién se lo va a decir? recuerda haber preguntado Don Abelardo.
La respuesta vino en forma de órden: «Usted vaya y dígalo».
Ni modo. Fui, me metí al estudio y frente a la cámara dije una palabras… y le gustó a la gente
Qué dijo, Don Abelardo?
Y elude con modestia la pregunta.
En realidad a la gente le gustó porque el episodio se escapaba de la programación grabada que llegaba de la Ciudad de México y lo sentían como algo local, además muchos amigos de Raúl le comenzaron a decir que les había gustado y algunos amigos míos también le aconsejaron que hiciera un programa local y así nació Hechos y Palabras como un programa semanal de opinión y más tarde retomamos el noticiero El Mundo Al Día, con reporteros que salían a la calle como José Ángel Partida, Guillermo Trunbull y yo mismo, que reporteaba desde mi oficina de contador. Ahí me hice periodista, afirma con tranquilidad.

¿Conocido?

Ahí en la televisión me hice periodista; ahí mismo me hice famoso.

¿Y en el periodismo escrito?
Unos años después, con la columna Hechos y Palabras, creo que poco antes de que estallara la huelga del 67.
¡Cuéntenos!
En abril, José Alberto (Healy) me manda decir con Hilario García Galindo, que era su gran amigo y quien trabajaba con nosotros en el canal, que le hiciera una columna y la verdad es que yo ya no quería escribir.
¿Por la fama que ya tenía? -pregunta Oscar Castro-.
Sin rechazar la pregunta, abre más sus recuerdos:
Tenía mucho trabajo en la televisión pero un día me habla José Alberto, quien era muy orgulloso y le digo que no puedo porque tengo mucho trabajo, me responde que así se portan los amigos cuando los necesitan
Y que sucedió?
No es cierto, yo no era su amigo, aunque sí nos conocíamos desde chamacos, desde muy jóvenes: lo que quería era que escribiera para El Imparcial
Y cedió usted?
Le dije págame.
¿Y a poco le pagó por la columna?
En ese tiempo no se acostumbraba. Te publicaban como un favor, yo fui el primer colaborador en cobrar por escribir para un periódico.
¿Alguna vez lo censuraron?
Nunca. Ni una coma. Por allá, en la huelga del 67, en lo más álgido, José Alberto llegó a decirme que ni él ni yo escribiéramos del conflicto universitario; le dije que sí, pero luego se me olvido y volví a meterme en el tema. Ya no hizo por donde; en realidad me respetaba mucho los escritos.
Y si lo hubiera censurado que habría hecho?
Creo que conforme a como pensaba habría renunciado y él lo sabia.
Estaba conciente de que escribía la columna más leída e influyente del momento?
Si, la más leída, pero nunca me aproveché de ello.
¿Es en esa época cuando comienza a madurar la idea de Información?
Podría decirse que si.
¿Cómo fué el proceso? ¿Largo? ¿Cómo lo planeó?
¡Nada de eso! Simplemente formé un nuevo periódico porque no me gustaba como trataban las cosas El Sonorense y El Imparcial, pensaba que había una forma más inteligente de hacer periodismo y sobre todo, para gente inteligente también
Pero el concepto era muy revolucionario para su época:
No pensé en revolucionar nada, yo escribía con mucho éxito en El Imparcial y mi columna era las más leída de ese periódico y en todo el estado.
Le molestaba algo?
Si... por ejemplo, el trato que les daban a los jóvenes universitarios: no me gustaba que los trataran a todos de marihuanos y mafufos, como lo hacía especialmente un columnista de la época.

Los defendió en el periódico Información?Los escuchamos y les dimos tribuna.

Y… ?
Me gané que José Alberto Healy me bautizara desde su columna como «el hippie viejo»
Volvamos a la fundación del periódico
Formé una empresa, me hice de una escritura y razón social ayudado por el lic. Carlos Gámez Fimbres y empecé a vender acciones; junté medio millón de pesos y me fui a Los Ángeles y ahí compre todo el equipo, hasta donde me alcanzo el dinero. No compré la prensa , El Imparcial comenzó a maquilarme la impresión.

(Buscamos la segunda y última parte de la entrevista)

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