viernes, 29 de febrero de 2008

Marent, 27 años...otra generación de caricaturistas

(Publicado no hace mucho en la Revista Así)

Mis queridos amigos y amigas:

El pasado 3 de junio se cumplieron 27 años de haber publicado mi primera caricatura en el desaparecido periódico El Sonorense, entonces bajo la dirección del también desaparecido Enguerrando Tapia Quijada, conocido entre sus discípulos como "el mejor reportero que ha parido Sonora".

Ese mismo día se cumplieron 20 años de que hice mi primera exposición individual en el desaparecido Centro Cultural del ISSSTE.

Y este próximo 25 de octubre se cumplirán 25 años de que se publicó la primera historieta de mi personaje 'Perro Pero' en el desparecido periódico Información, todavía dirigido por el entrañable maestro y amigo don Abelardo Casanova Labrada.

Antes de que yo mismo me una a la lista de los desaparecidos, me gustaría contarles una historia o dos acerca de estas efemérides personales.

Más o menos por diciembre de 1979, antes de salir de vacaciones, sufrí la desdicha de exponer en una materia que tenía qué ver con sistemas de producción en la historia o algo así, en el Cobach. Algo tendría que ver el latifundismo y la época primitiva, porque de eso tenía que haber estudiado… lo cual, conociéndome, fue lo único que no debo haber hecho.

Para desviar la atención, dada mi escasa afición a hablar en público, se me ocurrió hacer dos rotafolios con caricaturas que daban una idea del tema. La exposición debe haber sido una infamia, pero esas caricaturas me salvaron de reprobar.

No sé quién o quiénes de los compañeros de clase se quedaron con los rotafolios, pero una de esas caricaturas tuvo tal aceptación que la dibujé de nuevo en el cuaderno, a instancias de mi inolvidable amigo Jaime Valencia Ortega.

Seis meses después, viendo que a un compañero del salón le iba bien como corrector de textos en El Sonorense, me animé a ir a pedir trabajo de lo mismo. Saliendo de clases, ya casi para salir de vacaciones de verano, llegué hasta el escritorio del ya desaparecido Nacho Blancarte y le conté mis ilusiones. En lo que abrí mi cuaderno para anotar un teléfono (no sabía entonces que cuando te dicen que anotes un teléfono es para no decirte que no allí mismo), Nacho vio la caricatura que tantos buenos comentarios había generado.

Me preguntó que si podría hacer caricaturas políticas, cosa que jamás me había planteado en la vida. Shunnet se había ido a El Imparcial, ocasionalmente publicaban las de Juácer que salían en un periódico hermano de El Sonorense en Ciudad Obregón, y el caso es que el campo estaba libre.

Acepté sin saber en la que me había metido.

Esa caricatura -que ilustra este texto- me siguió abriendo puertas a lo largo de estos 27 años; se ha publicado en muchos periódicos y revistas dentro y fuera de Sonora. Forma parte de mi libro "No me mortifique", y es la que alguna gente cercana conoce como "la del castillo", donde un agobiado sirviente regresa a preguntarle a un caballero andante que quién busca a Su Majestad.
En 1981 quise hacer "en serio" esa caricatura y la dibujé en una cartulina ilustración, pero me dio flojera "rellenarla". La dejé solamente dibujada a línea pero, eso sí, la firmé. Seis años más tarde, a falta de material para completar mi primera exposición, la desempolvé y la terminé. Ahora pertenece a la maravillosa cantante Marcela Ro (ella más bien aparecida en Hermosillo después de una ausencia de varios años) y creo que está en las mejores manos posibles.
Sobre Perro Pero, lo que más recuerdo es el momento en que me vi obligado a ponerle nombre. La primera historieta ya estaba colocada en el formato para pasar la a negativo, y la gente del taller me urgía a definir el título. Preso de la angustia y la necesidad de ya irme a la casa, la cosa fue tan simple y elemental como quitarle una "r" a "perro". No hay nada de juegos de palabras ni mensajes subliminales. No por nada se me diagnosticó a muy temprana edad lo que será la causa de mi deceso: un simplazo.
Sobre mi primera exposición, guardaré mis comentarios para otra ocasión. Por ahora sólo quería compartir con ustedes estos recuerdos. Gracias por su estimulante compañía durante estos años.

Un abrazo,
Marent


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