Por Javier Godoy F. / Dossier Político
Dia de publicación: 2007-06-27
Llegaba por las mañanas antes de las ocho, arrebatándonos los periódicos de ese día, para ver cual era la de ocho y cuales eran las notas principales. Era un torbellino, afectivo con las mujeres, a todas ellas las trataba: ¿Cómo estás mi chula, mi amor, mi vida? Me regalas un cafecito? Y muy ordinario con los hombres: ¿Ya están listos?
«¡Arriba!», A la calle por la de ocho y cerramos a las dos», ¡No vuelvan si no la traen!
Para su familia, amigos muy cercanos y compadres, que eran muchos: «El Cheche»; para quienes apenas comenzábamos a conocer el oficio. Señor Partida, el jefe, el operativo, el que repartía lo que teníamos que hacer ese día, el que amenazaba «necesitamos la de ocho, si no la traen ni regresen». José Ángel Partida Pérez, jefe de redacción del periódico «Información», alma y tirano de la redacción y «El Gordo Partida», después de unas semanas de trato. De ahí en adelante «aprendías porque aprendías».
Con José Ángel Partida no había tiempo fuera –él mismo trabajaba y acaparaba actividades al doble de cualquiera de los que ahí laboraban-. El Periódico «Información» tenía que estar en la calle por la tarde y ganarle las primicias a los periódicos matutinos del día siguiente, así tuviera que esperar hasta el último minuto al reportero, detener las máquinas en el taller y escribir, él mismo, la nota y gritar como para que lo escuchara «el formador», la cabeza de ocho de la edición.
Esa tarde de junio de 1974, al Secretario de Educación, Víctor Bravo Ahúja se le había impedido la entrada ala Universidad de Sonora para anunciar el nuevo subsidio del gobierno federal y había desgarre de vestiduras: los activistas comunistas y «mafufos» universitarios –comentario de un conocido y muy leído columnista de la época- habían impedido que el Secretario de Educación entregara la UniSon recursos necesarios para su subsistencia. Ya había en el ambiente una campaña de linchamiento contra los estudiantes, sólo era cuestión de esperar la partida del Secretario para ajustarles cuentas.
«Tú no regresas a este periódico si no entrevistas al Secretario y te dice qué va a pasar con el subsidio (sólo tenía unas cuantas semanas de haber ingresado al periódico y el que esto escribe sólo había participado en «entrevistas» realizadas por José Ángel
Partida en la Unión Ganadera (Manuel Cubillas), la Cámara de Comercio (el C.P. Romo, creo), la Dirección de Educación (Profesor René Arvizu) y si mal no recuerdo con los cultivadores de nueces de la Costa de Hermosillo (Luis López Álvarez): «éste será, a partir de mañana, el nuevo reportero de la fuente» decía ante el asombro del reportero en ciernes: así es esto, decía como consuelo: o nadas o te ahogas. Es decir, lo hacías porque lo hacías.
«Para nada, el subsidio es de la Unison, nadie lo puede evitar» dijo a este reportero el Secretario de Educación-.
Ante la fuerte presión del «Jefe Partida» de que estaba detenida la edición por la de ocho, el reportero, quien esto escribe, aborda al Lic. Bravo Ahúja casi a la entrada al baño del Restaurant Valmo, donde se desarrollaba una comida ofrecida por el gobernador, Lic. Carlos Armando Biebrich y que, sorprendido, dice con media sonrisa, «no me voy, sólo me dirijo al baño, a mi regreso te contesto lo que quieras».
Pero antes de cerrar la puerta y, para terror del reportero, pregunta:
¿De qué medio? En ese tiempo El Imparcial y El Sonorense eran considerados los importantes, los únicos.
«Información», Secretario.
¡No lo conozco! -fue la respuesta-.
Pero cumplió su palabra y con mucha afabilidad respondió a todos los cuestionamientos.
Información publicó esa tarde: «Si habrá subsidio para la Unison» y ganó la primicia.
Ese era en «Información» José Ángel Partida: el duro, el tirano, el malo pero eso sólo era el ropaje de una personalidad diferente y para utilizar una frase muy común, pero no por ello menos definitoria para toda aquella generación de reporteros: José Ángel era y fue guía, pastor y maestro.
Así comenzó una de las etapas más extraordinarias de la vida de toda una generación, que ahí se conoció y convivió. Unos, de lejos y otros, muy cercanos pero todos en torno al periódico Información y a esos dos hombres que nos marcaron a todos los que pasamos por la Garmendia y Colima: Don Abelardo Casanova y José Ángel Partida.
Pero más abajo, donde se hacen las complicidades y se van tejiendo amistades y afectos perdurables, se gestaba una nueva generación de jóvenes periodistas tan numerosa, que hasta la actualidad -después de más de 35 años-, sigue presente en los medios de comunicación y es ahí donde se abre la puerta para que se inicien en el oficio un número importante de mujeres en el periodismo como Delfina Falcón, Armida Bernal, Susan Chico, entre otras. Considerando que en esa época sólo había mujeres trabajando para un medio pero exclusivamente para la sección de sociales.
En el «Información» de los 70´s y principios de los 80´s laboraban gentes de la talla de Francisco Rodríguez R. (Kiosco Mayor, columna y página electrónica, excelente reportero y redactor, se inició en la deportiva -creo- pero desarrolló un estilo narrativo sencillo, sin rebuscamiento, ágil y muy afable, compatible con su personalidad que le permite hacer con facilidad amigos, sobre todo y me refiero a los setentas, con el sexo opuesto-era un galán muy demandado, pues. Luis Alfonso López Celis (Radio Sonora: Contextos), de una agilidad mental sorprendente, serio, a veces demasiado para ser tan buen cronista deportivo, respetablemente culto, algo escaso en el mundo del deporte, virtuoso de la guitarra, trovador y bohemio (vampiro, pues), trabajaba en horarios no muy convencionales: de las once de la mañana a las doce o una de la tarde y regresaba a las ocho de nuevo u once de la noche, pero su columna «Palco « era muy leída e irreverente (nunca le fue a los Mayos de Navojoa), Marco Antonio Piña (Televisa Hermosillo), uno de los mejores y con más dominio de la fuente policíaca, nunca hubo suceso en este medio en el que él no estuviera presente o con toda la información necesaria para ganar la primicia. Samuel Valenzuela (periódico Crítica) buen reportero, con simpatías a la izquierda pero se especializó en la problemática social, especialmente de las organizaciones de izquierda y la columna política que actualmente es referencia obligada por los consumidores de este género.
Gaspar Navarro (Director General y fundador del Diario Crítica), este joven periodista en realidad es toda una respetable revelación, inició en «Información «como doblador de periódicos y entregador (la verdad no recuerdo si fue papelerito), pero ahí empezó su trayectoria por las salas de redacción hasta lograr hoy ser director y fundador de un medio periodístico que actualmente está en la pelea. Alonso Vidal Balbastro (Periodista y Poeta), cubrió todos los campos del periodismo, sólo le faltó la deportiva y la política, pero seguramente para las dos fuentes habría sido un irreverente pero lo mejor que supo hacer fue poesía y por ello, hoy tiene el reconocimiento unánime de la sociedad hermosillense y universitaria. Armida Bernal (pionera en el periodismo televisivo y en los noticieros radiofónicos, actualmente aparece en la red con su página electrónica «Expresión Sonora»). José Ángel Partida (Canal 12, «Doce Noticias «; pero antes tuvo su experiencia en el Canal 6, hoy Telemax), jefe de redacción de «Información». Hoy, su noticiero radiofónico en la Fuerza de la Palabra, sigue imponiendo ese estilo agresivo con preguntas y respuestas a «bote pronto» pero con una gran sensibilidad para captar el sentir de la gente. Jesús Arturo Yánez, en la deportiva, también incursionó en la reporteada de otras fuentes, pero lo fuerte de él, siempre ha sido el deporte. Ganó el premio de los 64 mil pesos con Don Pedro Ferríz y con su estilo «puntilludo» en la información y los datos estadísticos, continúa con mucho reconocimiento manejando la información deportiva en el periódico El Imparcial.
Otros muchos reporteros, buenos por cierto, escogieron caminos ajenos al oficio, se convirtieron en médicos, abogados, economistas, trabajadores sociales, agrónomos, sociólogos, empresarios y hasta dirigentes de organismos de la iniciativa privada. Así como comerciantes, empresarios, abogados y ¡políticos!
Hoy, a más de tres décadas de «Información,» el recuerdo está latente y aquellos de entonces que se formaron en ese medio, hoy no son los mismos, unos siguen en el medio, con éxito y reconocimiento pero otros trascendieron el oficio y encontraron su vocación o su camino en otras áreas o actividades. Tales son los casos de Sergio Galindo (dramaturgo y poeta, incansable promotor teatral); Francisco Casanova (dirigente del Partido Político «Alternativa Social-Demócrata); Jesús Valencia (funcionario del ISSSTESON en el área de comunicación); Alfonso «El Negro» Muñoz (yerno del famosísimo «Chapo» Romo y para las actuales generaciones, cuñado del arquitecto Romo y de la Diputada Irma Romo, avecindado en Tijuana, del Altar, según su propia afirmación, quien dirige en aquella fronteriza ciudad su propia empresa editorial); quien esto escribe, Javier Godoy, ha desarrollado sus actividades preponderantemente el en sector educativo; Ismael Mercado Andrews de larga trayectoria periodística en Hermosillo y Cd. de México (periódico El Día, escritor de «El Día que Explotó la Rabia», testimonio sobre el movimiento estudiantil de l967. Poeta y maestro, pero sobre todo, bohemio); Don Manuel Esquer, poseedor de un estilo único para la crónica (sobre todo en sociales donde hacía gala de su ironía) pues conocía a la alta y mediana sociedad hermosillense como nadie. Don Jesús García de la Cruz, reportero y columnista («Ojo al Parche, titulaba su diaria colaboración de la página roja).
Podría decirse que no fue «Información» su escuela, pero de que ahí encontraron la cantera para desarrollar su arte; ni duda. Por ello, el periódico siempre abrió las páginas para la publicación de fotografías de Conrado Quezada, Manuel Juárez, Guillermo Moreno, Oscar Hernández, Raymundo Mazón, Jorge García y algunos más.
Otros integrantes del cuerpo de reporteros de «Información» se incorporaron después de la partida de la primera generación. Entre ellos Cesar Sotomayor, Pascual Mora, Gerardo Godoy, Cesar Gallegos, Marco Antonio Soto, Manuel Murrieta, José Luis Ramírez, entre otros que la memoria no retiene. Todos ellos, sin embargo, fueron dignos herederos de un legado de vocación periodística de avanzada que hicieron compatible con un estilo juvenil, independiente, crítico y comprometido, que sintetizaba el espíritu liberal que inspiró el surgimiento del periódico «Información».
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